Queremos resaltar la importancia que reviste la dinámica de la comunicación humana en la Psicoterapia de Orientación Reichiana a través de dos dispositivos terapéuticos relacionales centrados en el desarrollo de la vía introspectiva y en Yo – Cuerpo en Movimiento como medidas dinámicas y emocionales facilitadoras del acceso a la capacidad de pensar en común.
En lo concerniente a la Psicoterapia de Pareja:
Podríamos definir la pareja humana como un constructo cultural e histórico construido alrededor de un deseo inconsciente como sería lograr configurar una relación a dos en una verdadera historia de amor.
A través de la verbalización en el espacio analítico observamos que mucho de la parte infantil no resuelta se revierte en el Otro, de modo que dicha parte inconsciente dificulta la mayoría de las veces la creación de un estilo de vida relacional compartido en cuanto que paraliza la construcción de una intimidad – complicidad equilibrada, dificultando la creación activa de dicho proyecto relacional.
Pretendemos desarrollar el trabajo psicoterapéutico a través de la palabra analítica facilitando la labor introspectiva en el marco del espacio transferencial en donde los miembros de la pareja puedan contrastar sus pareceres desde su contexto real, actual, de modo que sea factible y abierto a la esperanza de lograr construir formas nuevas y solventes de tolerancia y comunicación mutuas a fin de lograr reencontrarse con sobrados sentimientos facilitadores de una nueva realidad vivencial en pareja.
El trabajo corporal en paralelo pretende reforzar los lazos emocionales adquiridos sobre la fantasía de un proyecto de pareja más sólidamente anclado en la empatía, el afecto y el compromiso relacional compartido en común.
En lo que concierne a la Psicoterapia de Grupo:
Tomando el punto de partida sobre el que se centró Reich a partir de la conflictiva psicológica infantil del ser humano propuesta por Freud y el psicoanálisis, proponemos compaginar la psicoterapia individual con el trabajo psico-corporal grupal insistiendo en la conflictiva relacional del contexto familiar como remanente idealizado sobre el que se construye el inconsciente del sujeto así como su propia estructura corporal generalmente rígida debido a una vivencia familiar perturbadora cuando no ausente, lo que le dificulta percibir su propio carácter más allá de las rigideces mentales, cogidas en ese caso a una imagen del propio cuerpo sin conciencia certera del sí-mismo.
Pretendemos entrar en la dinámica emocional activa en donde la exigencia de implicación se realice a través de las posibilidades individuales, interiorizando la dinámica grupal en la lógica de la expansión que provoca el movimiento en el espacio terapéutico facilitando las aperturas mentales y corporales a través de las fallas que se van percibiendo en la evolución de la coraza muscular hacia la flexibilidad, generando la capacidad de investir el desarrollo y la dinámica grupal en la lógica empática del hacer en común a modo del yo-piel tal como lo define Anzieu, creando una representación mental de sí mismo en donde lo somático percibe el sentir de la experiencia corporal sentida generando una nueva realidad individual: lo mental y lo corporal tienden a la unidad psico-somática.
En ese proceso, la función acogedora del grupo es un factor importante de transformación individual.
Terminamos en el momento de la verbalización en donde cada cual expresa en el círculo grupal a través de su propia palabra lo vivido y sentido, haciendo de la Comunicación inter pares un lugar de encuentro y toma de conciencia del lugar que se ocupa al interior del espacio relacional frente al reconocimiento del otro.